Hoy teníamos que hacer 5 horas de carretera de montaña (si es que a un camino de tierra lleno de curvas y de baches más grandes que el salón de mi casa se le puede llamar carretera), pero como era una ruta peligrosa hemos necesitado escolta militar durante todo el camino.
Y teníamos que salir por la mañana, pero al llegar a la base militar el Capitán Hassan, sub-comandante del batallón pakistaní IV, ha insistido en invitarnos a almorzar con él en la base.
Así que hoy hemos comido platos pakistaníes picantes pero exquisitos con el Capitán Hassan, un hombre muy curioso, extremadamente amable pero al cabo de un rato también odioso. Sonrisa permanente bajo su pequeño bigote, hospitalario como el que más eso sí, pero sus comentarios sobre las mujeres me han puesto los pelos de punta. Ha ido de poco que no le he dado un tirón de orejas y un buen cachete con su propia fusta malo-de-película-tipo-Dr. Strangelove.
martes, junio 14, 2005
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